2. Europa. Ya en la civilización creto-micénica se utilizaban planchas de bronce batido para proteger el cuerpo, juntamente con yelmos de bronce y grebas. En Cnosos y Faistos se han encontrado a. y yelmos de bronce y del tipo de colmillos de jabalí. Variantes de la a. griega se extendieron por todo el Mediterráneo, así como por
Los etruscos adoptaron los tipos griegos, los modificaron de acuerdo con sus necesidades y los mezclaron con elementos procedentes de distintos pueblos itálicos. Los romanos adoptaron elementos de los etruscos y de los griegos. La armadura combinada y el corselete de metal acampanado se convirtieron en los elementos básicos de la armadura romana. La característica armadura muscular romana de metal o cuero con aplicaciones metálicas de carácter ornamental era una restauración de la armadura griega clásica. Se implantó con Augusto (estatua de Primaporta) y continuó como armadura imperial de parada con Trajano, Adriano y los emperadores que les siguieron. Todo ello puede apreciarse en múltiples relieves de época romana. En las provincias del Europa, tal tipo de armadura se mantuvo largo tiempo; fue adoptado por los emperadores bizantinos y de éstos pasó a la corte italiana del Renacimiento. Algunas figurillas ibéricas de bronce y monumentos, tales como los relieves de Osuna, dan una idea de cómo iban armados los iberos en sus luchas con los romanos, viéndose con frecuencia yelmos crestados y cinturones de bronce. El corselete acampanado se ve en algunos vasos ibéricos, combinado con el escudo céltico ovalado.
Con el derrumbamiento del Imperio occidental cambiaron los antiguos tipos de armadura La península Ibérica aún seguía aferrada a los tipos antiguos, aunque con los visigodos se introdujeron nuevos tipos y formas tales como la armadura laminar y de malla. Penetró un nuevo tipo de yelmo, el Spangenhelm segmentado, que procedía de los nómadas de las estepas.
La malla se usaba entre los pueblos del norte desde el s. ii o iii a. C., habiendo sido introducida por los celtas. Continuó a través de las épocas romana, merovingia y carolingia, así como entre los vikingos. El periodo entre el a. 600 y el 1250 se suele llamar la «edad de la cota de malla», por ser la loriga o cota de malla el elemento de protección corporal predominante en Europa. Las primitivas lorigas solían llegar hasta la rodilla, con separación delante y detrás para montar a caballo. Hacia mediados del s. xir apareció una larga cota de tela, ancha y con cinturón, sin mangas, y más tarde con ellas. Sobre estas cotas los caballeros solían exhibir su heráldica personal.
Con estas armaduras se usaban tres tipos principales de cascos: el cónico, el de copa plana y el de copa redonda. La cervellera y el capacete cónico dieron origen al yelmo más popular de
El sombrero de hierro (cervellera con ala) hizo entonces su aparición, viéndose sobre el almófar en numerosas ilustraciones de arte. Originariamente era el tocado del soldado raso, usándose con armadura para el cuerpo o sin ella, pero de cuando en cuando aparece también llevado por caballeros. En España no se hizo popular antes de los s. xv y xvi, cuando adoptó la forma del característico capacete español. A fines del s. xiv el uso de la vesta de placas cubierta de cuero tomó dos modalidades: la brigantina y la armadura completa, la armadura de punta en blanco. La brigantina era una especie de corselete de pequeñas placas de hierro remachadas por el interior, y forrado el exterior de cuero o terciopelo, formando bellos dibujos los remaches de bronce dorado. Llevaban principalmente la a. los ballesteros y los arqueros, completada con el capacete. La otra modalidad, la de la armadura de punta en blanco, hizo su aparición en el s. xiv o a principios del xv en Italia y Alemania, y probablemente también en España. Consistía en yelmo, peto, espaldar, hombros, brazos y guanteletes. El vientre iba protegido por un faldaje de láminas transversales. Muslos, piernas y zapatos completaban el vestido de hierro. A mediados del s. xv los tipos de armaduras ya se habían perfeccionado: el faldaje se había acortado, añadiéndose a él escarcelas sujetas con correas. Por la parte interior, las láminas de la armadura iban remachadas sobre tiras de cuero, con lo que la vestidura resultaba flexible. Su lisa superficie fue decorándose gradualmente. El yelmo dejó de utilizarse prácticamente, viéndose ya tan sólo en heráldica y en torneos. El bacinete con visera era el tipo principal. El gran bacinete se convirtió en el yelmo característico de la primera mitad de siglo.
Hacia mediados del s. XV la celada se convirtió en el tipo popular de yelmo tanto entre los hombres de caballería como de infantería. En Alemania se convirtió en el casco más popular. En Italia la celada tuvo un desarrollo diferente del alemán, basado en el antiguo almeté beocio. En España surgió un tipo especial, el capacete de perfil puntiagudo, vuelta la parte de atrás, copa en punta y anchas alas caídas. Pero hacia finales' del s. xv los distintos tipos de cascos dieron paso al yelmo cerrado, el almete.
La última parte del s. XV presenció el apogeo de la armadura de guerra, claramente representada en varias armadura españolas. Las armaduras se fabricaban por entonces en los grandes centros. Los talleres españoles tenían fama por el excelente acero de Guipúzcoa y Vizcaya, así como por la destreza de los armadores. Vizcaya, Navarra, Castejón de las Armas, Barcelona, Valencia, Calatayud y otros lugares gozaban de una gran reputación. Mallas y yelmos se hacían en la morisca Almería. Sin embargo, estos centros no podían competir con los alemanes e italianos, particularmente con Augsburgo, Innsbruck y Milán, que gozaban del favor imperial (Maximiliano, Carlos V, Felipe II). En el s. xv existía en Alemania una importante industria de armaduras, especialmente en Landshut, Nuremberg, Augsburgo e Innsbruck.
Se conocen las armaduras de caballero del s. XV, aunque son muy pocas las que se conservan. Existe parte de estas a., como p. ej. Testeras, crineras, petrales, gruperas, así como flanqueras. Su estilo se corresponde con el de la armadura del jinete. El peso medio de tales armaduras de caballo venía a ser de
Hasta el final del s. XV, el jinete de armadura completa era la figura predominante del campo de batalla. Pero ya algo antes de 1500 (después de la organización por Maximiliano I de su cuerpo de lansquenetes) las armaduras de guerra para jinetes empezaron a perder su importancia en beneficio de la armadura ligera para hombres a pie, tales como encontramos en Suiza, Alemania, Países Bajos y otros puntos. De todos modos, el jinete con armadura completa no se suprimió inmediatamente, y las armaduras del s. xvi gozaron de gran favor. La evolución se dividió en armadura de campo, o guerra, y armadura de parada. Junto a la armadura completa para oficiales se adoptaron algunos tipos más ligeros, armaduras tres cuartos y media armadura, que llegaban sólo a la rodilla, quedando protegida la parte inferior de las piernas únicamente por grandes botas de cuero. En Alemania este tipo de armadura se llamaba Trabharnisch, e incluía una celada de encaje o de gola, peto y espaldar,- hombreras y guardabrazos. El vientre llevaba largas escarcelas y rodilleras.
El periodo comprendido entre 1600 y 1700 representa la decadencia de la armadura, cuyos tipos y formas cambiaron hacia 1600 y poco después adoptaron un estilo en consonancia con el barroco. Los petos se hicieron cortos y aplastados, las escarcelas llegaron a ser muy anchas, de acuerdo con los nuevos tipos de calzones. El típico yelmo barroco para la caballería era el denominado Zischágge, la celada-morrión, inspirada en un tipo turco y adoptada por Hungría en el s. xvi, difundiéndose desde allí por toda Europa. En este siglo surgieron algunos tipos de armaduras ligeras, como las medias armaduras con morriones. El último tipo, usado especialmente por los arcabuceros, consistía en coraza, espaldar y un guantelete para la mano izquierda, o únicamente un peto con correas en la espalda o un espaldar ligero.
En cuanto a la infantería, las armaduras siempre fueron más bien sencillas. La mayor parte, equipada con armas de fuego, no llevaba armaduras. de ninguna clase, y sí sólo un morrión o capacete. En cambio, los piqueros-infantería pesada-llevaban un tipo especial de a. ligera, consistente en peto y espaldar, grandes golas, medios guardabrazos y escarcelas cortas, cubriéndose la cabeza con un capacete. Hacia la mitad del s. xvii, los soldados de infantería adoptaron una armadura más ligera todavía, consistente tan sólo en un corselete, un peto con correas cruzadas por la espalda. Para los zapadores se adoptó un tipo de armaduras pesada, con un yelmo con una larga «cola de cangrejo» en la nuca y peto y espaldar muy gruesos. Este tipo se llevaba todavía en el s. xviii, y probablemente más tarde. En la última parte del s. xvii, los sombreros de fieltro de ala ancha con cruz de hierro interior sustituyeron a algunos yelmos de la antigua caballería.
La última modificación de las armaduras fue la gola en forma de media luna (alzacuello), usada como distintivo de dignidad y mando por los oficiales. Era frecuente aún en el s. xix, y en la actualidad se sigue utilizando en algunos países por la policía de cuartel.
3. Armaduras de parada en Europa. Las lujosas armaduras de parada conocieron su edad de oro en el s. XVI, por el favor que les dispensaban los reyes y príncipes del Renacimiento. Las cortes principales eran España, los ducados de Austria, Italia e Inglaterra. Las armaduras ricamente decoradas perdieron su importancia como instrumento de guerra, pero aumentaron de valor como objetos de arte.
En la primera mitad del s. XVI surgieron tipos grotescos, tales como la imitación en hierro dorado y damasquinados de las vestiduras textiles del lansquenete, o armadura cuyos yelmos llevaban viseras representando monos, zorros, dragones, etc.
Los vistosos torneos celebrados en las cortes reales y principescas de Europa estimulaban las competiciones entre los príncipes y la nobleza; el torneo, en sus distintas categorías, era conocido desde los inicios de
4. Oriente. La armaduras oriental no es tan pesada ni rígida como la europea. Ni tan completa en cuanto a detalles. La mayor necesidad de movimientos y ligereza del hombre y del caballo impuso una armaduras. flexible y de poco peso. La armaduras de escamas tiene su origen en el Oriente Medio, pudiéndose seguir su línea ascendente hasta el II milenio a. C. Fue característica de los sármatas, partos y sasánidas. La armaduras laminar procede probablemente de los asirios, pudiéndose comprobar su uso en el I milenio a. C. por los relieves en alabastro de los palacios reales de Mesopotamia y algunos fragmentos de tumbas. Pasando a través de Siria y Chipre se difundió por el Mediterráneo europeo. La armaduras de malla-también ésta dimanante del Oriente-pasó a
En Turquía las cotas de malla eran de uso corriente. Por lo general solían ser una mezcla de malla y placas de acero, decoradas con brillantes acanaladuras o estrías. Los yelmos primitivos eran de tipo cónico, decorados con finas láminas de cobre dorado o plata. El yelmo turco más característico, sin embargo, es el yelmoturbante, para ser llevado sobre un turbante, habiendo alcanzado su auge en el s. xv. Otro yelmo turco característico era el chichack, un casco acanalado con cola de cangrejo en la nuca y protectores de orejas con goznes. Este tipo pasó a Polonia y Hungría (Zischügge: celadamorrión).
La missiourka georgiana, el casco plano de hierro con largas cortinas de malla, fue adoptado por las tropas de caballería ligera de Rusia, Polonia y Hungría. En el Tíbet era típica la armaduras laminar hecha de pequeñas láminas de hierro entrelazadas con tiras de cuero. Las habituales armaduras chinas (y coreanas) eran muy peculiares, cambiando muy poco su estilo a través de los siglos. El material solía estar constituido por anillos, escamas, lienzos rellenos o acolchados o una especie de brigantina. Las armaduras ligeras tenían con frecuencia el aspecto de vestidos corrientes.
Son particularmente interesantes las armaduras del Japón. El arte y la habilidad de los armeros alcanzó un altísimo grado de desarrollo, especialmente en los periodos Kamakura (1185-1367) y Tokugawa (1600-1868), existiendo varias escuelas. La armadura japonesa consistía en un yelmo, kabuto, hecho de placas de hierro. El rostro iba cubierto con una careta, a la que iban sujetos guardacuellos laminados. El cuerpo iba cubierto por un corselete de placas de cobre bronce o hierro, o de hierro lacado, entretejidas con cordones de seda. En el Japón, al igual que en Corea,
5. África. La armadura del mundo islámico de Arabia y África estaba basada en los tipos persas y turcos. Durante la época de loa mamelucos en Egipto, predominaban las armaduras turcas. Las brigantinas españolas fueron adoptadas en el norte de África. En tiempos de Mahoma, los árabes imitaron las armaduras de caballo persas, pero en la época de Saladino los sarracenos no solían usar armaduras para los caballos, y sí sólo una testera, algunas veces. En las fronteras entre el África blanca y el África negra, donde se impuso la civilización árabe, encontramos armaduras de tipo oriental, especialmente persa. Las formas son menos vistosas, aunque a menudo las armaduras están hechas de anillos de bronce o hierro más bonitos y finos. En el Sudán y en el norte de Nigeria las cotas de malla y los cascos de metal se usaban en el s. xix todavía, hasta que las armas de los ingleses y otros europeos demostraron a los caudillos de África su inutilidad y peligrosidad.
6. América. Las armaduras de América son muy interesantes. En el Norte, las cotas y vestiduras de cuero eran las más corrientes. En México, América Central y América del Sur tipos y materiales varían de acuerdo con el estadio de civilización. En México, entre los mayas y los aztecas alcanzaron gran difusión las armaduras, con sus cascos y escudos, al igual que las defensas de los incas en el Perú y Colombia. En México se usaba la madera y el hueso, cubiertos con pieles de animales y entretejidos con tiras de cuero. Bajo la armadura se llevaba una cota -de algodón acolchado. Corazas, cotas o jubones de cuero constituían la defensa más corriente entre las civilizaciones más avanzadas. El tocado consistía a veces en un casco de madera cubierto con piel de animal y decorado con plumas de colores de carácter heráldico. También eran usuales gorjales, guardabrazos y grebas. Los caciques y la nobleza llevaban magníficas armaduras de parada hechas de escamas de oro o plata sobre cuero, o de nácar. Usábanse también cascos de oro. Es de especial importancia el escaupil, una cota hecha de algodón acolchado o varias capas de gruesas mantas. Algunos escaupiles no eran más que cortos jubones que cubrían pecho y espalda; otros llegaban a las rodillas y a veces iban provistos de almófar. El uso del escudo, circular y, a menudo, un delantal de cuero para proteger los muslos contra las flechas, completaban la defensa del cuerpo. La protección corporal de los indios americanos fue adoptada hasta cierto punto por los guerreros españoles como una defensa efectiva contra las flechas envenenadas y las jabalinas de los nativos.
A. BRUHN DE HOFFMEYER
BIBL.: V. la de ARMAS II.
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